Desde mi ventana...veo como te escabulles entre los arboles.
Y en mi jardín de desilusión planto mí siempre fiel, semilla de la soledad.
Y mientras danzo entre los copos de nieve que abundan el cielo.
Mis zapatos de charol se manchan de una rara e impacientes ganas de correr.

Desde la oscuridad de mi bosque....
Veo como flotas en el mar, sin siquiera mirar atrás.
Y yo, desde la orilla más húmeda veo como en el aire revolotean adioses que no se quieren ir.
Y como mis ojos se llenan de lágrimas de inconfundible pena.

Desde mi silla junto a mi lúgubre jardín....veo como el sol y el calor nos abandona.
Mientras que la bienvenida les doy al frió y las nubes.
Mi cara se marchita...y mis ojos queman.

Mil días y mil noches en vela,
Esperando a que entraras en razón y dieras la vuelta.
Más de mil tumbas he cavado ya, desde tu partida,
Son mis sueños inconclusos y mi inocencia desgarrada.

Y todos los días, después de mi lágrima habitual,
Mis zapatitos de charol ganan la batalla...
Y bailo en medio de mi sembrío de desilusión...
Mientras que la luna es mi compañera de siempre...
Y la nieve es la que tapa mi cálido pasado.

Desde mi ventana...
Veo como mis cabellos se blanquean, y como mi piel se descuera.
El viento ya pasa más lento, y las hojas de los arboles se caen.
Observo como mi juventud se me fue entre las manos,

Desde mi jardín, dijo adiós a mi eterno enamorado.
Mis zapatitos de charol...ya están cansados.
Y me recuesto en la yedra, mientras a luna se despide con un abrazo,
Sonrió, antes de cerrar mis ojos y no volver a abrirlos jamás,
Mi fiel jardín me ha dado un regalo que jamás podre olvidar,
Ya que ha dado fruto...a la esperanza, la cual jamás se marchitara.

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